Cuenta la leyenda que en la umbría región de Capadocia existía un dragón que tenía atemorizados a los aldeanos con sus continuos ataques. Los habitantes, muertos de miedo, decidieron entregarle dos corderos al día para satisfacer su hambre y que no atacase la villa. Pero un día, cuando los animales empezaron a escasear, decidieron enviar a una persona, escogida por sorteo. La familia que veía como un miembro era devorado por el dragón recibía, a cambio, todo tipo de riquezas como compensación.
martes, 23 de abril de 2013
La leyenda del mono, el dragón, los boyscouts, Cervantes, Shakespeare y un santo que pasaba por allí
Cuenta la leyenda que en la umbría región de Capadocia existía un dragón que tenía atemorizados a los aldeanos con sus continuos ataques. Los habitantes, muertos de miedo, decidieron entregarle dos corderos al día para satisfacer su hambre y que no atacase la villa. Pero un día, cuando los animales empezaron a escasear, decidieron enviar a una persona, escogida por sorteo. La familia que veía como un miembro era devorado por el dragón recibía, a cambio, todo tipo de riquezas como compensación.
lunes, 22 de abril de 2013
Segundos planes pueden salir bien, brunch en restaurante ENE
Un nuevo domingo en Madrid significa para nosotros una nueva oportunidad para encontrar un buen brunch. Si hace un tiempo compartíamos con vosotros nuestro brunch casero y poco después el super brunch de Motha ahora os relatamos el de Ene Restaurante.
Yo ya había estado allí hace varios años, cuando aun no sabía lo que era un brunch. Para mi ese día hice una comida tempranera fuerte y en un orden raro (¿bolleria y café?, ¿un coctel? ¿y ahora huevos?... ¿a qué mente enferma se le ha ocurrido esto?).
La cuestión es que me quedó buen recuerdo de este sitio y hace poco tuve la oportunidad de volver gracias a un malentendido con una reserva en el noruego Olsen (basicamente nos hicieron una reserva para una hora a la que estaba cerrado y el día D nos recibió la limpiadora). Nos vimos compuestos y sin brunch y me acordé de mi visita al Ene años ha, así que pusimos rumbo y tuvimos la suerte de encontrar mesa libre.
El restaurante es bonito, de esos modernitos todo de madera, con su zona chill out para tumbarse. La única pega que le pondría es que es un poco oscuro, que para una cena romántica es fantástico, pero para desayunar se echa en falta un poquito más de luz.
Bueno, vamos al zampe que es lo que interesa. Lo primero que nos sirvieron es un plato con bollería en pequeñas piezas (muy rico todo, unas cuatro piezas por persona), otro con panecillos, aceite, tomate, mantequilla y mermelada, zumo de naranja y el café.
Yo ya había estado allí hace varios años, cuando aun no sabía lo que era un brunch. Para mi ese día hice una comida tempranera fuerte y en un orden raro (¿bolleria y café?, ¿un coctel? ¿y ahora huevos?... ¿a qué mente enferma se le ha ocurrido esto?).
La cuestión es que me quedó buen recuerdo de este sitio y hace poco tuve la oportunidad de volver gracias a un malentendido con una reserva en el noruego Olsen (basicamente nos hicieron una reserva para una hora a la que estaba cerrado y el día D nos recibió la limpiadora). Nos vimos compuestos y sin brunch y me acordé de mi visita al Ene años ha, así que pusimos rumbo y tuvimos la suerte de encontrar mesa libre.
El restaurante es bonito, de esos modernitos todo de madera, con su zona chill out para tumbarse. La única pega que le pondría es que es un poco oscuro, que para una cena romántica es fantástico, pero para desayunar se echa en falta un poquito más de luz.
Bueno, vamos al zampe que es lo que interesa. Lo primero que nos sirvieron es un plato con bollería en pequeñas piezas (muy rico todo, unas cuatro piezas por persona), otro con panecillos, aceite, tomate, mantequilla y mermelada, zumo de naranja y el café.
jueves, 11 de abril de 2013
Vikingos, fiordos, auroras y mucha nieve
Esta semana santa hemos hecho un viaje de los que merecen una entrada en el blog.
Mi blogpañero ya conocía bien Noruega, pero nunca había estado al norte y mi mayor acercamiento a este pais hasta hace poco había consistido en ahumar salmón (y luego comérmelo). Así que ya hacía tiempo que nos apetecía ir juntos. Y por fin me llegó la oportunidad en forma de regalo de cumpleaños, el mejor del mundo (¡¡gracias, Ma!!).
Vamos a hacer lo que nosotros llamamos un Yorokobu (en honor a la revista, que nos encanta). Un reportaje con muchas fotos y poco texto. Porque una imágen vale más que mil palabras.
ETAPA 1: Nuestro viaje empezó en Tromsø, donde nuestro objetivo era cazar la aurora.
Las "northern lights" se resistieron, pero nos enamoramos de una ciudad-isla con rotondas en los túneles y la gente más amable que hemos visto nunca.
Esta es la vista desde nuestro hotel; la parte de la ciudad que está en tierra firme, llamada Tromsdalen (separada por un fiordo de la isla, Tromsøya, que es el centro de Tromso). El edificio triangular iluminado es la Arctic Cathedral, uno de los edificios más representativos de Tromsø.
Mi blogpañero ya conocía bien Noruega, pero nunca había estado al norte y mi mayor acercamiento a este pais hasta hace poco había consistido en ahumar salmón (y luego comérmelo). Así que ya hacía tiempo que nos apetecía ir juntos. Y por fin me llegó la oportunidad en forma de regalo de cumpleaños, el mejor del mundo (¡¡gracias, Ma!!).
Vamos a hacer lo que nosotros llamamos un Yorokobu (en honor a la revista, que nos encanta). Un reportaje con muchas fotos y poco texto. Porque una imágen vale más que mil palabras.
ETAPA 1: Nuestro viaje empezó en Tromsø, donde nuestro objetivo era cazar la aurora.
Las "northern lights" se resistieron, pero nos enamoramos de una ciudad-isla con rotondas en los túneles y la gente más amable que hemos visto nunca.
Esta es la vista desde nuestro hotel; la parte de la ciudad que está en tierra firme, llamada Tromsdalen (separada por un fiordo de la isla, Tromsøya, que es el centro de Tromso). El edificio triangular iluminado es la Arctic Cathedral, uno de los edificios más representativos de Tromsø.
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