miércoles, 15 de mayo de 2013

Pongamos que hablo de Madrid


Hoy es San Isidro, la fiesta grande de Madrid. Y aunque está acabando el día no queríamos dejar pasar la oportunidad de investigar un poco y escribir sobre las tradiciones de esta gran ciudad, que ha dado cobijo a tantos extranjeros y gente de "provincias" (sí, así nos llaman comunmente a los de otras provincias españolas, y me hace sentir como Paco Martínez Soria en la gran ciudad).



A lo que iba, 15 de Mayo, San Isidro. ¿Qué se celebra exactamente? A una hereje como yo le bastaba con saber que no hay que ir a trabajar, pero hay que conocer las costumbres, así que hoy hemos investigado y sabemos que San Isidro Labrador fue un zahorí (buscador de agua) que vivió en Madrid en el siglo XII. Algunos de los manantiales encontrados por San Isidro se consideraron lugares mágicos y milagrosos y siempre se ha asociado a este santo con el agua. De ahí viene la tradición de ir en romería el 15 de Mayo a beber el agua del santo a la fuente que brota junto a la ermita de san Isidro (que sea el 15 de Mayo es arbitrario).

Lo típico este día es ir a la pradera de San Isidro, donde está la ermita, a echar el día. Bebes el agua, paseas, te comes un bocata de gallinejas -tripas e intestinos de gallina y cordero- (mmmm... no, gracias), compras unas roscas del santo que pueden ser tontas (sin cobertura), listas (cubiertas de fondant), de santa Clara (cubiertas de merengue seco) o francesas (con almendras picadas por fuera). Aunque no esté documentado ni sea motivo de orgulllo madrileño también son típicas las salchi-papas (al menos yo sólo lo he visto en Madrid). Un cartucho con salchichitas de coctel y patatas fritas, todo muy frito y churruscoso.


Los gatos gatos de verdad se visten de chulapas y chulapos con su pañoleta y su clavel (ellas, claro). Gatos es como se conoce a los madrileños y sobre el orígen de este término hay varias versiones, la que más me gusta es la del cristiano que subió por los muros de la ciudad cuando era aún árabe y se llamaba Magerit. Al llegar arriba cambió la bandera árabe por la cristiana y este fue el principio de la reconquista. Subió el muro con la agilidad de un gato y de ahí les viene a los madrileños el nombre.

Si el tiempo invita (como ha pasado el 15/5 este año) hay que comer cocidito madrileño.
Hay muchos tipos de cocido, pero el madrileño es el más conocido. Es consistente, muy consistente. Se divide en vuelcos, y más madrileño es cuantos más vuelcos tiene. El primer vuelco es la sopa con fideos, el segundo verdura y garbanzos que se comen con una salsita de tomate y el tercero la carne.
No tiene nada que ver con lo que conocía yo como cocido en mi etapa pre-Madrid (una plato con todo: caldo, verdura y carne) y la verdad es que me encanta lo de los vuelcos.

Como no hemos estado en la pradera debido al mal tiempo os dejamos unas fotitos del homenaje que le hemos hecho al santo desde Casa Carola en Madrid. Muy recomendable.



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