Esta semana santa hemos hecho un viaje de los que merecen una entrada en el blog.
Mi blogpañero ya conocía bien Noruega, pero nunca había estado al norte y mi mayor acercamiento a este pais hasta hace poco había consistido en ahumar salmón (y luego comérmelo). Así que ya hacía tiempo que nos apetecía ir juntos. Y por fin me llegó la oportunidad en forma de regalo de cumpleaños, el mejor del mundo (¡¡gracias, Ma!!).
Vamos a hacer lo que nosotros llamamos un Yorokobu (en honor a la revista, que nos
encanta). Un reportaje con muchas fotos y poco texto. Porque una imágen vale más que mil palabras.
ETAPA 1: Nuestro viaje empezó en
Tromsø, donde nuestro objetivo era cazar la aurora.
Las "northern lights" se resistieron, pero nos enamoramos de una ciudad-isla con rotondas en los túneles y la gente más amable que hemos visto nunca.
Esta es la vista desde nuestro hotel; la parte de la ciudad que está en tierra firme, llamada Tromsdalen (separada por un fiordo de la isla, Tromsøya, que es el centro de Tromso). El edificio triangular iluminado es la Arctic Cathedral, uno de los edificios más representativos de Tromsø.